Destino



Nos hablaron de la noche.
Aún no sabíamos
de sus dedos pintados,
de las fauces de los camiones de basura,
los gritos del beodo o las luces de farolas
que asesinan con dulzura.

Comprendimos en seguida,

sin embargo,
que sucumbiríamos a ella
porque era la noche el silencio
que nos aguardaba desde siempre.

El tiempo que



Somos el tiempo que nos queda,
somos el acto en potencia, el verbo
que aún no ha ensuciado el aire.

No tenemos más destino que el trazado
de sol a sol, de cuerpo a cuerpo,
el pulso que se balancea en una cornisa,
las ganas de arañar de un salto el vacío.

Seremos lo que digan de nosotros
o acaso
lo que nos atrevamos a soñar.

Somos, de cualquier modo, una línea
entre un punto y otro, el tiempo que.

Anarquismo inútil



La luna anárquica de mis deseos
se doblega siempre ante la caricia
inesperada, el susurro espontáneo
y tus precisos anhelos nocturnos.

Tal es tu poder y mi debilidad
y cualquier intento de rebelión
resulta tan absurdo como intentar
detener un río con las manos.